Ya encontré a mi decorador
La Necrópolis es mía
Calamares en su tinta
Calamares en su tinta
Lo primero y principal son los proyectos puestos en marcha por Izquierda Unida, ya aprobados, muchos de ellos incluso con la financiación prevista. Los planes de barrios con dotaciones e infraestructuras que están terminándose, como la plaza de la Constitución, el parque Guadalete, arreglos y mejoras en las calles, acerados, alumbrado, iluminación artística de monumentos etc. Las inversiones en infraestructuras deportivas, con el nuevo césped artificial para el campo de fútbol, la ampliación del complejo de tenis con más pistas y gimnasio, las pistas de atletismo de tartán, las mejoras del Pepe Rivas, etc.. O, con mayor proyección y magnitud, proyectos como el Plan General de Ordenación Urbana de Carmona con más de cinco mil viviendas, el inicio de las cuatrocientas viviendas en la cooperativa olivarera, las cerca de doscientas en carretera vieja etc etc O el proyecto de la Universidad ubicada en su primera fase como complejo cultural en la Iglesia de Santa Ana y en su plenitud en un campus situado en la Ronda Norte. Proyectos culturales como la extensión de La Universidad Pablo de Olavide, el certamen literario internacional de Novela Negra, los ciclos de teatro de humor del Perol, y un importante número de actividades que no cabe enumerar aquí. Ante este conjunto importante de estrategias urbanísticas, culturales, deportivas, económicas y sociales que Izquierda Unida ha emprendido, dando un cambio radical a Carmona reconocido por todos, este gobierno municipal sin ideas deberá responder aceptando estos proyectos como realidad positiva para Carmona o, por el contrario, perjudicar a los carmonenses, por un incomprensible complejo lleno de miserias, rechazándolos o dejándolos morir.
Desgraciadamente, este gobierno municipal, conformado por el PSOE y la complicidad del PP a cambio de un cierto “grado de influencia” de éste en las decisiones del Ayuntamiento, ha optado por generar una dinámica sin horizonte y sin perfil propio. Así, es el PP el que va determinando en la sombra cuestiones a decidir y el PSOE aparece como el autor directo de una confrontación con IU, cuando en todos los ámbitos, andaluz y en el Estado, el PSOE e IU van acercando posturas frente a un PP cada vez más radicalizado hacia la derecha. Por ello, tarde o temprano, habrá de romperse ese “entente” que Antonio Cano y Juan Avila mantienen sólo con la idea de eliminar en lo posible todo rastro de la gestión de IU, lo cual es realmente imposible por mucho empeño que pongan.
El otro parámetro que va a marcar la gestión de este gobierno municipal serán aquellas iniciativas, inversiones o “ayudas” que desde “tata” Diputación” o “mama/madrastra“ Junta le vengan llegando como lluvia del cielo; políticas en todo caso prestadas, no nacidas de estrategias de Carmona sino desde intereses con respecto a Carmona, que no es lo mismo, aunque a mucha gente pueda darle igual. Políticas que sin duda beneficiarán al PSOE como marca genérica, pues como tal la rentabilizarán, en detrimento del PP y de IU. PP en Carmona que, de seguir así, propiciará una mayoría absoluta de PSOE en las próximas municipales, pasando con barrida previa de Chaves en las autonómicas…
Todos estos escenarios posibles caben dentro de la lógica, pero lo que no es de recibo es que un gobierno municipal, en vez de decir lo que quiere y lo que propone, se dedique a arrojar sobre el gobierno anterior las culpas de su falta de proyectos. Mientras inaugura obras o proyectos de otros, critica al mismo tiempo su financiación… Como los calamares, arrojando tinta, para defenderse del presunto atacante, en realidad para enmascarar sus propios miedos y limitaciones
Tráfico pesado en la Puerta de Sevilla
La imagen habla por sí misma. A pesar de la reforma que se hizo en la rotonda de la Puerta de Sevilla, tanto estética como disminuyendo su diámetro para facilitar el paso de vehículos y evitar que destrozaran su bordes... el problema persiste.
Camiones de gran tonelaje, vehículos pesados, que tienen en las entradas prohibido el acceso, circulan por el casco urbano de Carmona...
La calle Prim, a punto de abrirse al tráfico
El parque de Guadalete
Limancar va funcionando mejor...?
La Plaza de la Constitución, sin inaugurar
Cortos devueltos
Cortos devueltos
Antiguamente, cuando dos novios rompían sus relaciones, uno de los ritos de mayor trascendencia consistía en la mutua devolución de las cartas que en sus tiempos de amor se habían escrito. También ahora es costumbre que los regalos, recuerdos, fotos y otros objetos nacidos del afecto, vuelvan a las manos de quienes procedían, antes de que acaben en los cajones del olvido o aparezcan como testigos impertinentes en el momento más inoportuno.
En estos días, tras el desgraciado anuncio del gobierno municipal de suprimir el festival internacional de cine, una de las responsabilidades asumidas será devolver, posiblemente con farisaicas cartas, los cortos que llegaron para concursar o ser exhibidos en el “Carmona filmfest”. Quedará consumada así la acción del desaire a la cultura, con el impresentable argumento del coste económico, cuando se sabe que el coste de todo el festival, para el ayuntamiento, es similar al sueldo que se ha puesto el alcalde a sí mismo. Cuando se sabe, además, que no hay cultura gratis y, también, que el coste del festival de cine de Carmona, comparando los veinte que existen en Andalucía, es de los más modestos.
Seguramente la indolencia y el desinterés de muchos podrán ser considerados como aceptación de la brutal decisión. Y es posible que dentro de unos meses nadie se acuerde ya ni del festival de cine. Y eso será motivo de alegría para algunos: la indolencia, el desinterés, el olvido, el adiós... Qué pena, que tengamos que presenciar este espectáculo tan lleno de palabras mediocres.
Pero también es posible que una de las cartas devueltas, de los cortos despedidos agriamente, al llegar a su destino, latiendo entre las manos de su autor, inspire una nueva idea, un nuevo guión. Y el desprecio del espacio que debió acogerlo sea una fuente de inspiración para un nuevo corto que pase por otros festivales diciendo lo que ha pasado en Carmona
Uno de los cortos narraba en seis minutos la historia de una granja de cerdos que se rebelaron porque se sentían mal pagados y maltratados, a pesar del éxito del jamón ibérico de pata negra y de bellota que se vendía a costa de sus propias carnes. El nuevo dueño de la granja había hecho unas reformas que incluían aspectos de publicidad y los cerdos se negaron a posar en la foto; como fueron obligados, se pusieron gafas de sol y se pintaron las pezuñas de color rosa para contravenir al mensaje pata negra el rosa nácar recién lucido. Aquella iniciativa provocó la ruina del negocio, con lo que los cerdos hubieron de escapar a la montaña para buscarse la vida fuera de la granja. Allí, sus patas se hicieron negras de verdad, sus carnes fueron prietas y hallaron bellotas auténticas, pocas, pero auténticas. Todo ello les convirtió en cerdos de primera categoría y sus piernas más preciadas que nunca. Un día, pasado el tiempo, el granjero los vio desde lejos sin darse cuenta que eran aquellos cerdos que tuvo en su granja. Se dirigió a ellos para convencerles de lo bien que estarían en una maravillosa granja con todas las comodidades, bellotas en cantidades industriales y sin tener que pasar frío ni calor... Los cerdos, sin embargo, que le habían reconocido, ni le prestaron atención. Ahora que sus carnes estaban mejor cotizadas, ellos preferían la libertad de la sierra. El corto termina con una reflexión que intenta explicar el porqué, muchos años después, en Andalucía se consumía jamón exportado por los chinos.
Nada tiene que ver el corto de los cerdos chinos con la crítica al cine americano ni siquiera con los paisajes de la campiña carmonense. Pero hay muchas formas de rebelión. Y al final lo auténtico se encuentra a veces entre los extras de una procesión de semana santa en la película Malvaloca, en un periodo de sequía con hambruna, marcando las aristas de unas mejillas enjutas. Y cuando lo auténtico se hace libre, ese granjero oportunista que despreciaba lo que tenía se encontró con una imaginación y una actitud que lo dejó en ridículo. Lo peor es que, mientras tanto, las consecuencias de las actitudes de estas personas así las sufren todos los demás que no tienen jamón ibérico de bellota y han de comerse los telefilms americanos en la sobremesa.
Pero nunca habrá problemas, porque diremos que la culpa la tuvieron los cerdos de pata negra que un día se fueron de la granja.