¿Fuiste a Wimbledon?

¿Fuiste a Wimbledon?

Las malas lenguas han dejado caer en las acequias del rumor que Antonio Cano no resistió la tentación y se fue a ver tenis a Wimbledon...¡Qué barbaridad!. Al decir barbaridad me refiero a que este asunto sea a estas alturas materia para una serpentina rumorosa de verano...

Cuando, al inicio de su campaña electoral, tomando sus vacaciones en Limancar, se fue a un campeonato de tenis en Rusia, desde esta columna, erróneamente, se le criticó esa decisión. Se le insinuó una falta de responsabilidad ante los electores y una desfachatez política, por anteponer sus aficiones de ocio a las obligaciones de candidato. El entonces candidato contestó de manera airada diciendo que él iba a donde le daba la gana, pues para eso estaba de vacaciones, respuesta cortés que nada tiene que ver con la que daría un niñato. La prueba del acierto de su iniciativa, de lo positivo de su viaje y lo bien que la ciudadanía consideró el hecho, fue sencillamente que ganó las elecciones... Así quedó sancionada por el pueblo aquella conducta, y la vara de mando está donde está, democráticamente... En el fondo, es muy humano atender esa parte de la vida que llamamos tiempo libre para la mente y la gente lo comprende así.

Por eso, venir ahora a contar que Antonio Cano se ha ido a Wimbledon, cogiendo nuevas vacaciones, en vez de Limancar en el Ayuntamiento, no tiene mayor enjundia. Es más, puede ser hasta contraproducente por varios motivos...

Tras la onerosa subida de sueldos es humano también celebrarlo. Triplicar los gastos en materia de cargos liberados y personal de confianza, merece una fiesta, eso lo comprende el pueblo perfectamente, porque en el fondo de lo único que se trata es de “dignificar” la función de concejal... Total, no superando la media de la provincia, sabiendo que esto sube cada mandato, no pasa nada... Y, por ello, aguar las fiestas, aunque sean ajenas, siempre está mal visto... De modo que enhorabuena a todos, especialmente a los que votaron el acuerdo de la subida, PSOE y PP.

Además, puede incluso que en el caso de que ese viaje se haya dado o se de en el fututo para fines similares, tenga su repercusión positiva para el pueblo. Hace poco más de dos meses, la crítica fue tremendamente dura con el anterior alcalde por ser diputado y coordinador provincial, es decir, por atender problemas de otros municipios y, también hay que decirlo, por poner Carmona en los ámbitos políticos e institucionales donde se reparten los fondos y se toman decisiones; parece que esto podía beneficiar a Carmona. Pues no, nos equivocamos. Esto no benefició a Carmona, lo que beneficia a Carmona son otras cosas, a luz de lo que estamos viendo.

Dicen igualmente que van a cargarse el festival de cine de Carmona. En Andalucía hay al menos veinte festivales de cine que cada año tienen su cita con los ciudadanos amantes del séptimo arte. Cada Festival tiene su punto propio y procuran entre todos proyectar en todos los ámbitos la cultura y la ciudad que lo organiza. El de Carmona era de los mejores situados, y aunque haya quienes intentaran ridiculizarlo porque Marujita Diaz (protagonista con Carmen de Sevilla de “El sueño de Andalucía” rodada en Carmona) estuvo aquí con sus polémicas, lo cierto es que la presencia de directores como Patricio Guzman, Aristarain, Litin, Humberto Solas, actores como Juan Diego, Carmen Sevilla, Amparo Rivelles, etc etc, dieron un realce de primer orden al Festival. Y no menos cierto es que los componentes de documentales de arqueología, cortometrajes, mesas redondas etc eran actividades culturales encaminadas a conseguir esa Escuela Internacional de Cine que la Universidad Pablo de Olavide estaba dispuesta a organizar, algo muy positivo para Carmona. No se entendería que una actividad de esta magnitud, en su quinta edición, fuese abortada siendo ya mayor de edad, aunque el PP y el PSOE, hayan acordado destruirla definitivamente... ¿Qué gana Carmona con esa cancelación?

Al final, como en un campeonato de tenis, estas “jugadas”, la de las subidas de sueldos, la anulación del festival de cine, y las que vendrán una tras otra, irán sumando tantos a favor y en contra. Y en el próximo Wimbledon nos veremos todos.