Debiera haber sido un motivo de alegría para todos recuperar este espacio público, antes semioculto, separado de la vista de los ciudadanos por un muro. Hoy, la Plaza de la Constitución es un lugar abierto a la vista y al acceso de todos los carmonenses. Sin embargo (y mira que lo pidieron cuando estaban en la oposición), esa desvergüenza que da la actitud miserable, por no reconocer como tal una obra gestionada por el gobierno de IU, a cuya financiación ni el PSOE ni el PP le dieron su apoyo, el actual alcalde y su gobierno, están dejando pasar el tiempo, como para que se olvide a la gente esta ejecutoria de IU.
Llama la atención, no obstante, comprobar cómo sin el más mínimo escrúpulo, sin tener la honestidad de mencionar de dónde viene la financiación y quiénes realizaron la gestión, el alcalde asiste a actos y va a visitar obras que ni él ni su partido apoyaron...
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