El Viso ataca y el Caballo de Troya...

El Viso ataca y el Caballo de Troya come tranquilo

Cuentan que Troya fue una importante ciudad, rodeada por murallas de ladrillo, que poseía inmensas riquezas por su enclave estratégico que obligaba al peaje de quienes pasaban por sus aledaños en el Paso de los Estrechos. Los griegos, en su política expansionista, decidieron conquistarla y en una de las crónicas conocidas utilizaron aquel recurso del caballo de madera regalado, repleto de soldados, para, desde dentro, dar la batalla final contra la ciudad fortificada…

Nos viene a la memoria esta batalla porque, cuando surge el enemigo externo, olvidamos el interno y, así, de batalla en batalla, solemos labrar nuestro camino hasta la derrota final. Resulta que el Viso del Alcor pretende ahora cinco mil hectáreas del término de Carmona para satisfacer el propio. Y mira por donde esta “expansión” de ese municipio viene a ubicar sus preferencias hacia los enclaves estratégicos de Carmona, a las orillas de las autovías, por donde vienen a pagarse en estas coyunturas los peajes del desarrollo industrial e inmobiliario. Todos saben que este “órdago” carece de fundamento y será una guerra de papeles que la Junta de Andalucía reciclará en provecho de no sabemos quién.

Aunque la Junta parece que comenzó con mal paso, no hay que olvidar que en el lento caminar de su desgobierno utiliza una muleta peculiar, su socio el PA, que deja unas huellas de irregulares connotaciones en estos y otros procedimientos administrativos; al menos eso es lo que se ha dicho por ahí. No es de recibo que se abra una exposición pública sin que antes todas las partes en liza manifiesten sus argumentos; ni tampoco que se admitan a trámite “todas las iniciativas” sin previamente ponderar la validez de lo que se reclama, al menos con indicios reales. En definitiva, la Junta de Andalucía no ha actuado con criterios razonables y resulta extraño que todo este proceso de alegaciones tenga su curso precisamente en el mes de agosto, muy propicio para regates durante la siesta general. Así, sin quererlo o queriéndolo, quien está quedando fuera de juego es el PSOE local, que ya de por sí, cuando el pleno municipal de El Viso aprobó su expediente de ampliación, no tuvo otra idea mejor que decir que no se pronunciaba hasta que estudiasen los papeles del reclamo. Y ahora, a uña de caballo de papel, quiere recuperar su posición con carteles de partido, criticando a los demás precisamente de querer politizar este asunto, aunque ni el PP ni IU han sacado aún, no sabemos por qué, papel o panfleto alguno con sus siglas, prefiriendo actuar desde la institución y como gobierno municipal.

Pero, visto así, es decir, como asunto de papeles, hay que llevar el máximo posible y con la mejor presentación y rigor. Y, según las informaciones que se han dado, hasta ahora van unas tres mil firmas de carmonenses que han mostrado su rechazo a aquella pretensión… ¿pero no tiene Carmona casi veinte mil personas mayores de edad?. ¿No son noventa y seis las asociaciones registradas en Carmona, según aparece en su página de internet? ¿cómo es que son unas cuarenta las que se han pronunciado?. Habrá que ver si entre los ausentes están algunos que se llenan la boca con la palabra Carmona y, como el caballo de Troya, esas bocas son más bien respiraderos de los humos interiores que voluntades reales….

En la estrategia defensiva de su territorio, Carmona, además de papeles y firmas, debe considerar esos pequeños caballos de Troya que pululan en su territorio, ávidos de ganancias y plusvalías, que lo mismo venden o alquilan una vaguada como escombrera para sacar beneficios, que compran y revenden trozos del término con la expectativa del pelotazo próximo que el PGOU pueda brindarles…

Y, sobre todo, ya que hablamos alegórica y humorísticamente de una “invasión”, qué mejor que confiar a las fuerzas de seguridad del ayuntamiento la salvaguarda del término, aunque para caballo de Troya, con carrocería y depósito de gasolina, el vehículo del Ayuntamiento que estaba dentro de la Jefatura de la Policía Local, a buen recaudo y uso de sus agentes, y que una madrugada de hace unas semanas apareció con enormes abolladuras y cristales rotos, tras ser utilizado para el servicio de vigilancia pública, en el interior de ese edificio de la seguridad ciudadana, sin que se supiese nunca quiénes fueron los autores de tamaño despropósito y tropelía. Nadie puede extrañarse que se piense con enorme escepticismo a la hora de valorar la eficacia de aquellos que teniendo como misión velar por los demás resulta que no pudieron hacerlo por su propia seguridad, o al menos por la del recinto y los enseres donde ubican sus servicios, ni tan siquiera averiguar cómo pudo ocurrir ese “sabotaje”…

De todas maneras, siempre nos queda la esperanza, si estos papeles y expedientes resultasen fallidos, de confiar en la justicia, que tendrá la última palabra en el último papel, tan mojado como los demás, porque, hoy, el caballo de Troya no entiende de términos municipales.

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