El "efecto CARMO"
Esta semana se ha anunciado a bombo y platillo la inauguración de la espectacular escultura “Carmo”, realizada por el artista Eric Aman. El Ayuntamiento desea que se convierta en un símbolo de reconocimiento al legado cultural de nuestros antepasados y una señal de compromiso ciudadano para conservarlo y engrandecerlo en el futuro.
Ya la hemos visto colocada en la ronda de la calle Sevilla y envuelta en una tela verde, esperando que llegue el domingo día 1 de Diciembre para ser descubierta. Mientras, en esos días, parece que la ronda quedará finalmente terminada.
Entiendo que será un verdadero acontecimiento para Carmona, pues, a la vista está, en nuestra Ciudad las estatuas han brillado por su ausencia, a pesar de la importancia que la cultura romana tuvo aquí y del enorme legado que disfrutamos de aquella época. Con la “Carmo” se rompe una especie de maleficio que ha durado siglos y que ha tenido nuestras plazas y espacios públicos sin una expresión artística de relieve y trascendencia, acorde con la categoría de nuestro Municipio. Este será el primer “efecto”: Sorprenderá a los peatones y conductores que transiten por los cuatro caminos que confluyen en la ronda de la calle Sevilla…, sorprenderá por su magnitud, por su belleza, por su gesto, pero, sobre todo, por la presencia pública del mármol de Carrara hecho obra de arte en homenaje a los propios carmonenses, que son los que han conservado el patrimonio monumental que hoy tenemos y tanto nos enorgullece; carmonenses a los que, hasta hoy, nadie les había manifestado ese reconocimiento y gratitud.
Pero no será ese el único “efecto” que la “Carmo” producirá entre nosotros. Roto el maleficio, aparecerán en el futuro más estatuas. De aquí a unos años, veremos en Carmona esculturas, bustos, figuras, relieves, frescos… Fechas simbólicas, hechos históricos o personajes entrañables para nosotros, vivos o muertos, serán objeto de homenajes y, una de las formas de manifestarles agradecimiento y correspondencia por su labor o de conmemorar esas efemérides, será colocar una estatua en el lugar más adecuado. Esto también puede derivar en un “culto a la personalidad” de connotaciones negativas, pues no olvidemos que siempre habrá quien sueñe con verse hecho en mármol o bronce para la posteridad y propicie indirectamente tal iniciativa. Por eso ha sido un acierto que la “Carmo” mida más de cinco metros, pues difícilmente nadie pretenderá o conseguirá una dimensión igual; lo que viene a significar sencillamente que la Ciudad, es decir “Carmo”, estará por encima de todos en peso y estatura, lo que, en principio, es la esencia de la democracia.
Quizás, entre esos efectos que producen las cosas que rompen con el pasado, haya quienes tengan la tentación destructiva o de agravio y desconsideración… es algo que preocupa a muchos y en eso hay que estar atentos, o lo que es lo mismo: el patrimonio lo tenemos que defender y conservar todos, no sólo la policía y la guardia civil; ahí surge la necesidad de la cultura y de la educación como los valores más importantes para la convivencia…
Y, finalmente, cuando algo inesperado llega y sorprende… Cuando la evidencia del arte crea consenso ciudadano y cuando el mármol no habla pero expresa una iniciativa, un concepto, un proyecto de Ciudad… Es posible que alguien sienta la tentación, no de tirar piedras ni de hacer pintadas contra la escultura, sino de escupir hacia arriba con la saliva de la envidia disfrazada de crítica… Entonces, bueno, si esto pasara, ya veríamos entonces dónde caería esa bilis arrojada, probablemente en el rostro de un busto que anda vivo buscando un homenaje que no encuentra….
Esta semana se ha anunciado a bombo y platillo la inauguración de la espectacular escultura “Carmo”, realizada por el artista Eric Aman. El Ayuntamiento desea que se convierta en un símbolo de reconocimiento al legado cultural de nuestros antepasados y una señal de compromiso ciudadano para conservarlo y engrandecerlo en el futuro.
Ya la hemos visto colocada en la ronda de la calle Sevilla y envuelta en una tela verde, esperando que llegue el domingo día 1 de Diciembre para ser descubierta. Mientras, en esos días, parece que la ronda quedará finalmente terminada.
Entiendo que será un verdadero acontecimiento para Carmona, pues, a la vista está, en nuestra Ciudad las estatuas han brillado por su ausencia, a pesar de la importancia que la cultura romana tuvo aquí y del enorme legado que disfrutamos de aquella época. Con la “Carmo” se rompe una especie de maleficio que ha durado siglos y que ha tenido nuestras plazas y espacios públicos sin una expresión artística de relieve y trascendencia, acorde con la categoría de nuestro Municipio. Este será el primer “efecto”: Sorprenderá a los peatones y conductores que transiten por los cuatro caminos que confluyen en la ronda de la calle Sevilla…, sorprenderá por su magnitud, por su belleza, por su gesto, pero, sobre todo, por la presencia pública del mármol de Carrara hecho obra de arte en homenaje a los propios carmonenses, que son los que han conservado el patrimonio monumental que hoy tenemos y tanto nos enorgullece; carmonenses a los que, hasta hoy, nadie les había manifestado ese reconocimiento y gratitud.
Pero no será ese el único “efecto” que la “Carmo” producirá entre nosotros. Roto el maleficio, aparecerán en el futuro más estatuas. De aquí a unos años, veremos en Carmona esculturas, bustos, figuras, relieves, frescos… Fechas simbólicas, hechos históricos o personajes entrañables para nosotros, vivos o muertos, serán objeto de homenajes y, una de las formas de manifestarles agradecimiento y correspondencia por su labor o de conmemorar esas efemérides, será colocar una estatua en el lugar más adecuado. Esto también puede derivar en un “culto a la personalidad” de connotaciones negativas, pues no olvidemos que siempre habrá quien sueñe con verse hecho en mármol o bronce para la posteridad y propicie indirectamente tal iniciativa. Por eso ha sido un acierto que la “Carmo” mida más de cinco metros, pues difícilmente nadie pretenderá o conseguirá una dimensión igual; lo que viene a significar sencillamente que la Ciudad, es decir “Carmo”, estará por encima de todos en peso y estatura, lo que, en principio, es la esencia de la democracia.
Quizás, entre esos efectos que producen las cosas que rompen con el pasado, haya quienes tengan la tentación destructiva o de agravio y desconsideración… es algo que preocupa a muchos y en eso hay que estar atentos, o lo que es lo mismo: el patrimonio lo tenemos que defender y conservar todos, no sólo la policía y la guardia civil; ahí surge la necesidad de la cultura y de la educación como los valores más importantes para la convivencia…
Y, finalmente, cuando algo inesperado llega y sorprende… Cuando la evidencia del arte crea consenso ciudadano y cuando el mármol no habla pero expresa una iniciativa, un concepto, un proyecto de Ciudad… Es posible que alguien sienta la tentación, no de tirar piedras ni de hacer pintadas contra la escultura, sino de escupir hacia arriba con la saliva de la envidia disfrazada de crítica… Entonces, bueno, si esto pasara, ya veríamos entonces dónde caería esa bilis arrojada, probablemente en el rostro de un busto que anda vivo buscando un homenaje que no encuentra….
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