FOTO: Felicitación navideña de los Reyes de España
No insultes al Rey
Atribulados andan algunos amigos del PP al ver los derroteros de la campaña electoral de su partido en Carmona, haciéndole como le están haciendo el juego al PSOE. Tal es el afán de protagonismo de Juan Avila que, además de los consabidos y reiterados ataques al alcalde, para hacerse notar como oposición “real”, además del pedazo de cartel con el pedazo de rostro superpuesto a la “pequeñita ciudad” de Carmona que tanto le importa, además de todo eso, y por tal de sacar punta a cualquier cuestión que sirva para atacar al alcalde, termina atacándose a sí mismo, para regocijo de Antonio Cano, gerente actual de la empresa municipal Limancar y candidato a la alcaldía por el PSOE.
Nuestro ínclito “superprota” hace una severa y absurda crítica a la felicitación de Navidad de nuestro alcalde Sebastián Martín Recio, al que directamente acusa de “hombre nada solidario”, que “dista mucho de ser un hombre de buena voluntad”, “no importarle la Navidad” y “no merecer ser alcalde”... Y todo porque la felicitación navideña se hace con una reproducción de un cuadro de Mariano Fernández de la Puerta de Córdoba, premiado en concurso Jose Arpa, en vez de haber escogido el también legítimo motivo de la escena del niño Jesús en el portal de Belén, en algunas de sus variantes religiosas conocidas.
Merece el comentario a este artículo de Juan Avila, no por el contenido en sí, que resulta tan lamentable como superficial, sino porque si alguien que se postula para la alcaldía de Carmona proyecta tal grado de ignorancia e intransigencia que una simple felicitación le lleva a tan graves insultos, qué capacidad tendrá este hombre para gobernar una Ciudad tan plural y diversa y con tan importantes cuestiones que resolver. Ya me dirán ustedes qué carta escribiría Juan Avila a un ciudadano que le plantee una queja cuando una simple felicitación navideña le provoca tanta ira.
Y siendo esto lo peor, no lo es menos que en su línea argumental, sin querer o queriendo, termine insultando al propio PP de forma descarada. Y me explico. Ya de por sí, denostar públicamente que un cuadro de Mariano Fernández premiado en un concurso José Arpa sea una felicitación ciudadana, es un despropósito. Más aún si el motivo es la Puerta de Córdoba, monumento emblemático de Carmona, que, por cierto, tiene en el interior de su Arco principal una imagen de la Virgen de Gracia; vaya patinazo el del candidato del PP. Y para rematar el cúmulo de despropósitos, insultando al alcalde por no felicitar con un motivo religioso está insultando al mismo tiempo a todas las personas de buena voluntad (de “poca buena voluntad” diría él) que hacen lo mismo. El alcalde de Madrid, por ejemplo, que es del PP, ha felicitado este año con una fotografía antigua del Escorial. Pueden ustedes buscar en Internet y verán multitud de felicitaciones de alcaldes de todos los partidos, y también por supuesto del PP, que felicitan la Navidad con motivos culturales, pictóricos o monumentales y no precisamente religiosos, entendido este término en su significado más estrecho. ¿Le diría, por ello, Juan Avila a Alberto Ruiz Gallardón, del PP, que es una persona nada solidaria, sin buena voluntad, y que no merece ser alcalde de Madrid por la felicitación con la foto del Escorial?. Anda, díselo, Juan. Dile lo mismo a la peña la Giraldilla, a otras tantas entidades y asociaciones de Carmona, empresas y ciudadanos, que escogen una foto antigua de Carmona, un grabado, un motivo humano, lleno de nostalgia o simplemente de arte; porque el arte es también la forma más bella y generosa de mostrar cariño.
La temeridad que busca el insulto para beneficio propio es como “escupir hacia arriba”. Resulta este tema de la crítica por la felicitación navideña del alcalde tan grotesca, que, fíjense ustedes la incapacidad de este hombre para atenerse a lo que dice, que si fuera coherente, si realmente fuese alguien con criterio y lo aplicara con seriedad, si su línea de pensamiento y su crítica tuviesen un norte, una perspectiva... Si fuese así, digo, Juan Avila tendría que insultar al propio Rey, y mucho me temo que, aunque haya ido a un acto de homenaje a un republicano para dejarse ver (que es su táctica), no sería capaz de mantener lo que dice. Porque este año, mira por dónde, los Reyes de España han felicitado la Navidad no precisamente con un motivo religioso. Lo han hecho (tras el “error” del montaje fotográfico del año pasado) con una foto de la propia Zarzuela, tras una nevada (adjuntamos la foto)... Anda, Juan Avila, dile al Rey que no merece ser Rey y que dista mucho de ser una persona de buena voluntad por haber sacado esta felicitación navideña. O mejor, quizás mejor, deja ya de decir tonterías.
Atribulados andan algunos amigos del PP al ver los derroteros de la campaña electoral de su partido en Carmona, haciéndole como le están haciendo el juego al PSOE. Tal es el afán de protagonismo de Juan Avila que, además de los consabidos y reiterados ataques al alcalde, para hacerse notar como oposición “real”, además del pedazo de cartel con el pedazo de rostro superpuesto a la “pequeñita ciudad” de Carmona que tanto le importa, además de todo eso, y por tal de sacar punta a cualquier cuestión que sirva para atacar al alcalde, termina atacándose a sí mismo, para regocijo de Antonio Cano, gerente actual de la empresa municipal Limancar y candidato a la alcaldía por el PSOE.
Nuestro ínclito “superprota” hace una severa y absurda crítica a la felicitación de Navidad de nuestro alcalde Sebastián Martín Recio, al que directamente acusa de “hombre nada solidario”, que “dista mucho de ser un hombre de buena voluntad”, “no importarle la Navidad” y “no merecer ser alcalde”... Y todo porque la felicitación navideña se hace con una reproducción de un cuadro de Mariano Fernández de la Puerta de Córdoba, premiado en concurso Jose Arpa, en vez de haber escogido el también legítimo motivo de la escena del niño Jesús en el portal de Belén, en algunas de sus variantes religiosas conocidas.
Merece el comentario a este artículo de Juan Avila, no por el contenido en sí, que resulta tan lamentable como superficial, sino porque si alguien que se postula para la alcaldía de Carmona proyecta tal grado de ignorancia e intransigencia que una simple felicitación le lleva a tan graves insultos, qué capacidad tendrá este hombre para gobernar una Ciudad tan plural y diversa y con tan importantes cuestiones que resolver. Ya me dirán ustedes qué carta escribiría Juan Avila a un ciudadano que le plantee una queja cuando una simple felicitación navideña le provoca tanta ira.
Y siendo esto lo peor, no lo es menos que en su línea argumental, sin querer o queriendo, termine insultando al propio PP de forma descarada. Y me explico. Ya de por sí, denostar públicamente que un cuadro de Mariano Fernández premiado en un concurso José Arpa sea una felicitación ciudadana, es un despropósito. Más aún si el motivo es la Puerta de Córdoba, monumento emblemático de Carmona, que, por cierto, tiene en el interior de su Arco principal una imagen de la Virgen de Gracia; vaya patinazo el del candidato del PP. Y para rematar el cúmulo de despropósitos, insultando al alcalde por no felicitar con un motivo religioso está insultando al mismo tiempo a todas las personas de buena voluntad (de “poca buena voluntad” diría él) que hacen lo mismo. El alcalde de Madrid, por ejemplo, que es del PP, ha felicitado este año con una fotografía antigua del Escorial. Pueden ustedes buscar en Internet y verán multitud de felicitaciones de alcaldes de todos los partidos, y también por supuesto del PP, que felicitan la Navidad con motivos culturales, pictóricos o monumentales y no precisamente religiosos, entendido este término en su significado más estrecho. ¿Le diría, por ello, Juan Avila a Alberto Ruiz Gallardón, del PP, que es una persona nada solidaria, sin buena voluntad, y que no merece ser alcalde de Madrid por la felicitación con la foto del Escorial?. Anda, díselo, Juan. Dile lo mismo a la peña la Giraldilla, a otras tantas entidades y asociaciones de Carmona, empresas y ciudadanos, que escogen una foto antigua de Carmona, un grabado, un motivo humano, lleno de nostalgia o simplemente de arte; porque el arte es también la forma más bella y generosa de mostrar cariño.
La temeridad que busca el insulto para beneficio propio es como “escupir hacia arriba”. Resulta este tema de la crítica por la felicitación navideña del alcalde tan grotesca, que, fíjense ustedes la incapacidad de este hombre para atenerse a lo que dice, que si fuera coherente, si realmente fuese alguien con criterio y lo aplicara con seriedad, si su línea de pensamiento y su crítica tuviesen un norte, una perspectiva... Si fuese así, digo, Juan Avila tendría que insultar al propio Rey, y mucho me temo que, aunque haya ido a un acto de homenaje a un republicano para dejarse ver (que es su táctica), no sería capaz de mantener lo que dice. Porque este año, mira por dónde, los Reyes de España han felicitado la Navidad no precisamente con un motivo religioso. Lo han hecho (tras el “error” del montaje fotográfico del año pasado) con una foto de la propia Zarzuela, tras una nevada (adjuntamos la foto)... Anda, Juan Avila, dile al Rey que no merece ser Rey y que dista mucho de ser una persona de buena voluntad por haber sacado esta felicitación navideña. O mejor, quizás mejor, deja ya de decir tonterías.
5 comentarios:
Chapó
Hasta "el pastillitas" está impresionado
Este no tiene solución, aunque ya lo vamos conociendo
Me ha extrañado mucho que Juan Avila no haya felicitado a sus posiblesw votantes coin un christma de la gasolinera del pilero
Tìpico de Juan Ávila: sólo busca el desgaste del contrincante con discursos emotivos vacíos de contenido. Habla mucho dice poco. Observad, observad...
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