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Una monja sin papeles

Un juzgado anula la decisión de la Subdelegación del Gobierno (PSOE) de denegar el permiso de residencia a una novicia africana del Monasterio de Clarisas Franciscanas

Juliana Nthambi nació en Kenya pero lleva más de tres años residiendo en España, en periodo de formación como novicia en el monasterio de Clarisas Franciscanas de Carmona. Hasta ahora no ha logrado obtener el permiso de residencia en España y ello gracias a una sentencia del juzgado de lo contencioso administrativo número 8 de Sevilla por la que se anula la decisión de la Subdelegación del Gobierno de no otorgarle dicho permiso.

La historia, según recoge la sentencia, se inició en junio de 2005, cuando la Subdelegación del Gobierno socialista denegó la solicitud de permiso de residencia presentada por Juliana. Contra esa decisión se interpuso un recurso de reposición que también fue desestimado por lo que junto a su representante legal, Felipe Pou, decidió recurrir a la vía contencioso administrativa una decisión que la alejaría de su formación en la comunidad religiosa así como de la labor social que desarrolla en la misma.

En el juicio, Juliana reclamó su derecho a obtener el permiso de residencia alegando que hay que atender a la 'situación real y acreditada de arraigo social' que presenta tras tres años de residencia en España, no tener problemas de salud y no existir ningún expediente sancionador en su contra. De hecho, la sentencia señala que reside bajo la tutela de la comunidad del Monasterio de Clarisas Franciscanas y que desde que llegó a nuestro país está en periodo de formación como novicia, 'realizando sus actividades conforme al estatuto religioso de la comunidad, entidad que se encuentra inscrita en el registro de entidades religiosas (...) y se hace cargo de su alojamiento, manutención, gastos generales, asistencia médica y farmacéutica, por lo que cuenta con medios de vida suficientes y su vínculo con la comunidad es religioso lo que la exime de contar con un contrato de trabajo'.

Cabe recordar al respecto que para obtener el permiso de residencia uno de los requisitos básicos es contar con un contrato de trabajo, pero en este caso la defensa de Juliana reclamaba el permiso de residencia en base a un artículo de la Ley de Extranjería, el 31,3, en el que se hace referencia a que se podrá conceder 'una autorización de residencia temporal por situación de arraigo, así como por razones humanitarias, de colaboración con la Justicia y otras circunstancias excepcionales'.

La sentencia, que recoge que la novicia se encuentra 'plenamente integrada e insertada socialmente en la localidad de Carmona donde tiene su domicilio, siendo notoria la labor social que viene desarrollando la comunidad religiosa', apunta que en este caso 'concurre en la interesada arraigo laboral' en los términos que determina el nuevo Reglamento de Extranjería y como consecuencia del 'especial estatuto religioso de la comunidad del monasterio de Clarisas Franciscanas' en la que se integra y donde lleva a cabo actividades de índole humanitario y asistencial.Por todo ello el titular del juzgado número 8 de lo Contencioso Administrativo estima el recurso interpuesto por la novicia y en virtud de ello anula las resoluciones por las que la Subdelegación del Gobierno le denegó el permiso de residencia a Juliana y acuerda concederle uno temporal.La sentencia no es firme y contra la misma puede interponerse un recurso de apelación ante el citado juzgado para que resuelva la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. A la espera de la decisión de la subdelegación de Gobierno de recurrir, o no, dicha sentencia, la misma supone un importante precedente ya que son numerosas los hombres y mujeres procedentes de otros países que forman parte de comunidades religiosas en España y que podrían verse en el mismo dilema.