¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LIMANCAR?
¿una actividad no autorizada?
¿Propaganda del Huesna o de Antonio Cano?
cartel de propaganda del Huesna en la Puerta de Sevilla
Otra mampara más para la alcaldía
El ambulatorio se ha quedado pequeño
Hay que ver lo sucia que estaba Carmona antes de las elecciones municipales....
Parques infantiles olvidados
En esta piscina tendrán que mojarse Trini y Cano
EL VIAJERO INVISIBLE DE CASAL
CIEN DIAS DE GOBIERNO MUNICIPAL O EL HOMBRE QUE NO QUERIA SER ALCALDE
Apenas han transcurrido esos cien días de gracia, que nadie sabe quién los inventó, del nuevo gobierno municipal y ya se les ha visto el plumero. Sin temor a simplificar, más bien ejerciendo un esfuerzo de síntesis, estas serían las cuatro características que sobresalen en su gestión:
La primera, que ha llamado la atención a todo el mundo, ha sido la rapidez en plantear un incremento de sueldos y retribuciones para el alcalde y los concejales liberados, triplicando el gasto que el gobierno anterior dedicaba a estas partidas. A esto se le ha llamado “dignificar la profesión del concejal”. El que menos, la que menos, va ya por el nivel llamado A, o sea, de escala superior.
La segunda, en contradicción con la anterior, ha sido el excesivo interés por denostar y criticar negativamente la situación financiera heredada del gobierno anterior. Este papel le ha tocado ejercerlo mayormente a la concejala de hacienda y personal, y que lejos de reconocer la situación positiva de la economía municipal –sin perder de vista la realidad de las raquíticas haciendas de todos los ayuntamientos- y las perspectivas positivas de futuro en Carmona, siempre ha manifestado el “caos” y el enorme “déficit” de las cuentas municipales. No se comprende, pues, con tal penuria de medios, cómo había para las subidas de retribuciones y sueldos...
La tercera, contraviniéndose en sí misma, ha sido la crítica a lo realizado por el gobierno de IU, formación a la que parece que quisieran ver desaparecida del mapa, a pesar de las numerosas alcaldías que le ha dado al PSOE, como por ejemplo la de Sevilla capital. Junto a esta crítica permanente, simbolizada en la supresión del festival de cine y eliminando la figura de los vigilantes, al mismo tiempo, sin el menor recato, se está intentando “rentabilizar” los proyectos de IU como si fueran propios, en vista, y eso es lo más significativo, de la ausencia de proyectos que este gobierno del PSOE ha planteado hasta ahora para la Ciudad. Antonio Cano inaugurando y clausurando cursos de la Olavide, cuya sede de los Briones no tuvo para su adquisición el apoyo del PSOE... Antonio Cano visitando Terramagna, por dios, con la campaña en contra que hizo su partido. Antonio Cano vendiendo las viviendas de la cooperativa olivarera, con las críticas vertidas a la gestión urbanística para convertir el espacio industrial degradado en residencial y equipamiento universitario... Antonio Cano, promocionando el parque logístico, con las declaraciones de sus compañeros desde sus escaños contra la iniciativa en sus comienzos... Increíble pero cierto... Sólo esperamos que el tiempo haga justicia, por muchas visitas que hagan los delegados de las consejerías de la Junta viniendo ahora a Carmona como si celebraran la plaza recién conquistada...
Y la cuarta, paradójica, por no decir de doble moral y farisaica. Por un lado, el amor a Carmona, la dedicación a Carmona, y todo para Carmona... Por otro, el contrato del Huesna, la atención a los problemas de suministro y gestión de trece municipios que beben del Huesna. Lo que antes era pecado y se rechazaba, ahora es loable y se hace por el bien de Carmona. Todo por Carmona, y de camino setenta mil euros para gratificar el esfuerzo realizado. Dicen que Antonio Cano no quería en el fondo ser alcalde... que, en realidad, lo que deseaba era una responsabilidad técnica de mayor altura para desarrollar sus capacidades, pues en Carmona las veía muy limitadas en el ámbito de Limancar. Y yo me digo, pues si no quería ser alcalde y mira por dónde va, acercándose al salario del presidente de la diputación... ¿ustedes se imaginan si hubiese querido ser alcalde?
¿Hay razones para una moción de censura?
Llevamos una semanita, esta última, en la que muchos carmonenses están inmersos en un debate que puede ser trascendente para la Ciudad, o quedar simplemente en agua de borrajas. Nos referimos al tema de la moción de censura que el PP e IU pueden llevar a cabo para cambiar el gobierno municipal. Hablamos, pues, de un escenario político local, con nuevo alcalde y nuevos concejales que lleven las riendas de la gestión en el Ayuntamiento.
En principio, por el llamado libre juego democrático, es decir, por las normas que nuestra Constitución y las leyes existentes contemplan, nada hay que objetar. Se trata del ejercicio de unas competencias y de unos derechos que tienen los concejales, en el pleno municipal, para elegir al alcalde y éste, posteriormente, para formar gobierno.
Pero, dicho esto, la cuestión que se plantea no es sólo cuantitativa, de número de concejales que votan esto o lo otro. Es, cualitativamente hablando, algo que lógicamente necesita de una argumentación clara y evidente. De lo contrario, la ciudadanía puede sentirse muy defraudada, pues la acción política requiere una ética en sus propuestas para ser convincente; no sería de recibo un vuelco político de esta magnitud sin razones realmente patentes. Entonces, la pregunta es. ¿Hay razones para una moción de censura en Carmona?
Entre todas las razones que podrían darse, en estos doscientos días de gobierno, hay una que ha saltado a la opinión pública con bastante fuerza: “El alcalde ha mentido”, y lo ha hecho públicamente, con premeditación, a sabiendas de que lo iba a hacer, y sin el más mínimo pudor. Hablamos del famoso “contrato de la vergüenza” que, después de haber sido aprobado y firmado por Antonio Cano, es “corregido y alterado” para eliminar un párrafo en el que se establecía que su trabajo como vicepresidente en el Huesna requería semanalmente una dedicación horaria de treinta y siete horas y media por las mañanas... Un trabajo que supone una serie de obligaciones y responsabilidades para atender la gestión y las actividades de este Consorcio, que, hoy, para más complicación, ha absorbido a la propia empresa privada que antes gestionaba el servicio. O sea, más tareas aún que antes. Ahora, Antonio Cano puede presumir que los cerca de 60.000 euros de retribución que percibirá no requieren esa dedicación horaria para llevar a cabo sus cometidos. ¿Cuál de los dos contratos es menos ético, el primero o el segundo?
No vamos aquí a pronunciarnos de una manera definitiva sobre la conveniencia o no de una moción de censura. Todo el mundo sabe que durante ocho años PP e IU gobernaron juntos y los frutos de esa gestión fueron muy positivos y están ahí. Todo el mundo sabe que Antonio Cano expresó públicamente, puede leerse en el Periódico de Carmona del 26 de Abril de 2007, una contundente crítica al anterior alcalde por la dedicación política que tuvo como diputado provincial lo que, según decía, perjudicaba a la Ciudad. Ahora resulta que si la dedicación le compromete a él con un Consorcio y empresa que abastecen de agua a trece municipios, eso ya es otra cosa. ¿Es ético decir hoy una cosa para sacar votos y mañana, sin pudor, una vez obtenidos los votos, hacer lo contrario? Martín Recio, en sus doce años de alcalde, nunca optó por la dedicación exclusiva a la alcaldía, siempre mantuvo una dedicación parcial a su profesión de médico y a sus tareas políticas en otros ámbitos; ni lo ocultó ni prometió otra cosa, sencillamente tenía otra concepción, tan respetable como las demás, sobre la dedicación a la política.
La moción de censura, si se plantea, ha de ser expuesta sobre un argumento de defensa de la ética en la práctica política. La mentira consentida puede ser el precedente más perverso que contamine todas las relaciones políticas. “Total, todos mienten, diremos” y al final, así está ocurriendo en tantos sitios, nadie se creerá nada. La credibilidad puede perderse porque se miente o porque mienten sobre nosotros. Cuando nosotros somos los autores de la mentira, la opinión ciudadana debe actuar en consecuencia. Cuando somos nosotros las víctimas de la mentira, es la propia realidad la que, con tiempo -a veces, demasiado tiempo-, pone las cosas en su sitio. Y en Carmona todavía queda mucho que ver y conocer para que las cosas estén en su sitio.
El contrato de la vergüenza
Han transcurrido estos últimos días como si desde la ventana de un tren hubieras visto un paisaje presentido, jalonado de postes grises que ocultaban rítmicamente la ética del horizonte. Pasando tan cerca de tus narices que el marco de la ventana encuadraba la vista sin permitirte asomar el rostro para recibir el aire fresco de la calle... Te rebelabas contra la osadía y el descaro de ese instante en el que, como suponías, la mentira ganaba impunemente el espacio diáfano y amenazaba con herir tu propia integridad, sólo con la violencia gramatical de la hipocresía.
El contrato que al final veremos firmado entre Antonio Cano, como vicepresidente del Huesna, y el Presidente de la Diputación, será un mutante del primer contrato en el que, a ojos de todo el mundo, sólo se habrá introducido la manipulación de un párrafo. El párrafo que concretaba el horario de trabajo necesario para realizar las funciones establecidas... Treinta y siete horas para ejercer unos cometidos definidos claramente. Treinta y siete horas, las mismas que el vicepresidente anterior desarrollaba en similares responsabilidades... Pero, ay, treinta y siete horas que podían ser medidas y contrastadas en presencia real, treinta y siete horas para el cumplimiento de unas obligaciones en el Consorcio que, por el contrario, suponían la ausencia manifiesta en el Ayuntamiento. Ese contrato con sus treinta y siete horas explicitadas en un párrafo muy especial, fue aprobado por varios alcaldes, entre ellos el de Carmona, después de oír al propio Antonio Cano que las llevaría a cabo, y, en consecuencia así, de esa manera, quedó el contrato firmado por el mismo Antonio Cano...
Pasados unos días, ese tren sin rumbo cierto, debió pasar por un túnel, ese espacio de sombra necesario para acortar distancias y traspasar el corazón de las nobles montañas... A la luz de la penumbra, alguien le dijo a Antonio Cano que había cometido un error. ¿Cuál? ¿Haber firmado un contrato con treinta y siete horas de trabajo por cincuenta y siete mil euros? No, ese no era el error... El error estaba en que habían quedado al descubierto sus auténticas intenciones, su verdadero deseo. En ese momento, pasado el túnel, un haz de luz brillante inundó el vagón y el contrato de Antonio Cano puso de manifiesto que su vocación, su compromiso real, estaban orientados hacia otra dirección muy distinta a la del ayuntamiento... Entonces ¿hacia dónde iba el tren? Ese tren de la vida, de las oportunidades, del llamado deseo... ¿era el tren del Ayuntamiento o era el tren de la Diputación, del cargo en el Huesna?.
El viento, en ese viejo tren de ventanas abiertas, convertía en onduladas expresiones las miradas de los viajeros. El papel del contrato de Antonio Cano vibraba azotado y parecía que se iba a desprender de las manos del contratado. Esas sacudidas que el documento sufría por el viento amenazaban con llevárselo volando a los confines del ridículo, allá lejos, en un lugar donde llegan ya desvariados los despropósitos; pero el vicepresidente del Huesna lo agarraba con todas sus fuerzas y no permitía que ni un centímetro del papel pudiera escapársele. Entonces, ocurrió algo extraño. Mientras el papel permanecía sujetado, las letras se iban despegando del texto, las líneas se iban deshebrando y parecían hilachas colgando de una tela escrita... Primero fueron las palabras treinta y siete horas, que salieron como ahuyentadas y vertiginosas por la ventana. Luego, las diferentes funciones que estaban enumeradas en el contrato, como si fueran fragmentos descosidos, se fueron despegando cayendo por el suelo y pasaban rozando las orejas de otros viajeros que de soslayo miraban su significado. Más tarde se diluyeron en el vendaval de la corriente los preámbulos, los principios y las normativas legales que amparaban el contrato... En un momento de auténtico desgarro, como el que se sufre cuando un esparadrapo es arrancado de la propia piel, primero saltó el nombre de Antonio Cano y finalmente la palabra Alcalde. Bueno, finalmente no, porque lo que quedaba en el papel, ya prácticamente desnudo, tan sólo eran unas cifras: 57.245, precisamente los euros que el contrato establecía como retribuciones. Y esa cifra, por casualidades de la vida, coincidía con el número de la lotería que un viejo venía vendiendo en el tren que iba en camino contrario, el número premiado de ese día. Se había equivocado de tren esta vez.
Bruscamente, Antonio Cano se despertó con un papel en blanco entre las manos, pero no estaba en ningún tren; estaba en el recién inaugurado tranvía de Sevilla, camino del festival de cine, justo en el momento en que descarrilaba inocentemente, para regocijo de los presentes. Bajó del tranvía y se fue a su casa.
¿MOCIÓN DE CENSURA? IU y PP deben dar una respuesta conjunta al fraude político de Antonio Cano
CONFIRMADO: EL FRAUDE SE HA CONSUMADO. EL HUESNA MANTIENE EL CONTRATO DE ANTONIO CANO ELIMINANDO EL HORARIO QUE DEBE CUMPLIR EN EL TRABAJO
MAS PALABRAS,
JUSTO LO QUE ANUNCIAMOS
SE HA PRODUCIDO:
ANTONIO CANO QUIERE 70.000 EUROS Y UN CONTRATO SIN HORARIO:
(pincha aquí)
http://juancorbones.blogspot.com/2007/11/antonio-cano-quiere-70000-euros-y-un.html
EL CONTRATO DE ANTONIO CANO EN LA PRENSA (III)
EL GIRALDILLO
DIARIO DEL AGOBIO Por JAVIER GONZÁLEZ
El alcalde de Carmona, Antonio Cano Luis (PSOE), que basó su campaña electoral en acusar a su antecesor, Sebastián Martín Recio, de desatender el Ayuntamiento por ser portavoz de IU en la Diputación de Sevilla, no sólo ha cometido ahora el grave error político de firmar un contrato con el Consorcio del Huesna que lo obliga a trabajar 37 horas y media semanales en la sede del organismo en Sevilla capital.
EL CONTRATO DE ANTONIO CANO EN LA PRENSA (II)
SEBASTIÁN TORRES.EL MUNDO
SEVILLA.— Los dos partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Carmona, PP e IU, que suman mayoría frente al gobierno municipal del PSOE, exigieron ayer al alcalde, el socialista Antonio Cano Luis, que elija entre permanecer en el Ayuntamiento o ejercer como vicepresidente del Consorcio de Aguas del Huesna.
Como ayer adelantó este periódico,el alcalde de Carmona ha firmado un contrato de alta dirección con el Huesna, mejor pagado que el que tiene actualmente en la Alcaldía pero que lo obliga a realizar una jornada laboral de 37 horas y media a la semana en Sevilla.
Para evitar incurrir en incompatibilidad legal, Cano Luis tenía previsto renunciar a su
sueldo como alcalde, y así lo iba a informar al pleno municipal el pasado miércoles. Pero ante las
críticas por tener que realizar esta jornada laboral fuera del Ayuntamiento, retiró el punto del
orden del día para replantearse la decisión que ya tenía tomada.
El ex alcalde de Carmona y portavoz de IU, Sebastián Martín Recio, declaró ayer que, al haber
firmado el contrato y haberlo aprobado previamente en el consejo rector del Huesna, el regidor
carmonense «ha quedado descalificado políticamente». El portavoz del PP, el segundo
grupo municipal con seis concejales, Juan Manuel Ávila, exigió al alcalde que elija «el Huesna o
la Alcaldía» y anunció que, «si elige las dos cosas, le vamos a pedir la dimisión». A su juicio, Carmona «necesita que se le dediquen todas las horas del día, y no un alcalde que acaba de entrar y ya está pensando en irse al Huesna». El portavoz del PP recordó que tanto él como el actual alcalde centraron sus críticas electorales al anterior regidor, Martín Recio,
«en que estaba dejando desatendida Carmona por ser portavoz de IU en la Diputación». Ávila
aseguró, además, que tanto él como el actual alcalde prometieron en campaña electoral «que si salíamos elegidos, no nos iríamos».
Tanto el PP como IU coincidieron al advertir de un posible «fraude» por parte del alcalde de
Carmona. «Si se marcha al Huesna en estas condiciones, cometerá un fraude a su electorado y a
los ciudadanos de Carmona; y si se marcha cobrando pero sin tener que rendir la jornada laboral, entonces defraudará al Consorcio », indicó el portavoz popular. Martín Recio se expresó en términos parecidos. «La actitud del alcalde y su error político puede dar lugar a que se llegue a una situación de auténtico fraude», dijo en referencia a la posibilidad de que el Huesna, finalmente, le admita el contrato pero sin la obligación de trabajar 37 horas y media
a la semana. Según IU, esa jornada laboral es necesaria, porque el antecesor en el cargo de vicepresidente del Consorcio del Huesna, José Dorado Alé, la tenía establecida, y porque así lo requieren las funciones de las que debe ocuparse.«Si se modifica el contrato, el Consorcio del Huesna y su presidente lo harán –indicó Martín Recio– para evitar que el alcalde de
Carmona tenga un problema ante la opinión pública».
Doblar el sueldo en 6 meses
SEVILLA.— El alcalde de Carmona, Antonio Cano Luis (PSOE) podría duplicar su sueldo en
los seis meses que lleva en el puesto. Anteriormente, como ingeniero municipal y gerente
de la empresa de limpieza de Carmona (Limancar), Cano Luis venía ercibiendo unos 35.000 euros brutos anuales. Ahora, si no renuncia al contrato que tiene firmado con el Consorcio
del Huesna, el alcalde elevará sus emolumentos a más de 70.000 euros al año.
Nada más salir de alcalde ya aumentó considerablemente sus ingresos, al ponerse un sueldo de 52.000 euros. Ahora, el salario del Huesna es considerablemente superior, en concreto, de 57.245,87 euros. A esto hay que sumar los trienios que tiene acumulados como funcionario
del Ayuntamiento, una cantidad que asciende al menos a 3.500 euros al año, lo que dejaría el salario en unos 60.700 euros. En cambio, el alcalde pretende, además, cobrar dietas por asistir a los plenos y comisiones municipales, con lo que engrosaría sus ingresos en 10.000 euros más al
año. En total, más de 70.000 euros, el doble que antes de ser alcalde.
EL CONTRATO DE ANTONIO CANO EN LA PRENSA (I)
El alcalde de Carmona firma un contrato que le obliga a trabajar 37 horas en el Huesna
Antonio Cano (PSOE) se compromete a acudir «preferentemente en jornada de mañana»como vicepresidente del Consorcio. El regidor se replantea renunciar para evitar las críticas
SEVILLA.— El alcalde de Carmona, Antonio Cano Luis (PSOE), ha firmado un contrato de alta dirección como vicepresidente del Consorcio del Huesna que le obliga a trabajar 37 horas y media a la semana en Sevilla, «preferentemente
en jornada de mañana», fuera de su Ayuntamiento.
El alcalde, que está liberado con dedicación exclusiva y unos 52.000 euros de sueldo con cargo al Ayuntamiento de Carmona, no sólo ha estampado ya su firma en este nuevo contrato sino que previamente también lo aceptó votando
a favor de su creación en el consejo rector del Consorcio de Aguas del Huesna. Este nuevo contrato tiene una retribución de 57.245,87 euros, más los trienios
que Cano Luis tiene reconocidos en el Ayuntamiento de Carmona, donde trabaja desde 1985 como ingeniero municipal.
Al existir incompatibilidad en los dos contratos, Cano Luis tenía previsto renunciar a su sueldo de alcalde, pero ante las críticas que ha levantado en el pueblo su intención de realizar su jornada laboral fuera del Ayuntamiento, decidió retirar el asunto del orden del día y dejarlo sobre la mesa.
Este periódico se ha puesto en contacto con el alcalde de Carmona, que admitió ayer que ha firmado el contrato, pero que aún no está vigente porque no lo ha
rubricado el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, que está también al frente del Consorcio. «El asunto está pendiente de
que yo decida qué voy a hacer», dijo el alcalde de Carmona, que deberá decantarse por uno de los dos contratos que tiene firmados.
A la pregunta de por qué le han surgido las dudas después de haber firmado el contrato, respondió que está en su «derecho» de replantearse su decisión y no aludió en ningún momento a las críticas por su intención de dedicar su jornada laboral al Huesna. En este sentido, cabe recordar que el actual alcalde de Carmona centró parte de su campaña electoral contra el ex regidor, Sebastián
Martín Recio, en reprocharle haber desatendido el Ayuntamiento para centrarse en su labor de portavoz de Izquierda Unida en la Diputación de Sevilla.
El contrato del Consorcio del Huesna está considerablemente mejor retribuido que el de alcalde de Carmona. De hecho, a los 57.245,87 euros se suman los trienios y, además, las dietas por asistir a plenos y comisiones del Ayuntamiento, que ascienden a unos 10.000 euros anuales.
El alcalde tiene previsto tomar su decisión después de una reunión del consejo rector del Huesna que se celebrará a principios de la semana que viene. Es de suponer, por tanto, que en dicha reunión podrían producirse novedades.
Fuentes consultadas por este periódico han indicado que se está barajando la posibilidad de modificar el contrato para suprimir la cláusula que impone al
alcalde una jornada laboral de 37 horas y media semanales.
Trabajo intenso
Tal decisión podría resultar comprometida y obligaría a modificar el contrato y la resolución del presidente del Consorcio, de fecha 13 de septiembre de 2007, en
la que Villalobos desglosa las funciones del vicepresidente y aprueba su contrato.
Las funciones del vicepresidentes implican un trabajo que a priori se antoja intenso. Entre ellas figuran: «Dirigir e inspeccionar los servicios y actividades
del Consorcio. Formar el orden del día, convocar, presidir y suspender las sesiones de los órganos colegiados, así como dirigir las deliberaciones, decidir los
empates y hacer guardar el orden en el desarrollo de aquéllas. Ejecutar y hacer cumplir los acuderdos de la junta general y del consejo rector. Representar legalmente al Consorcio y suscribir en su nombre los documentos procedentes.
Ordenar los gastos dentro de los límites fijados en las bases de ejecución del presupuesto. Ordenar todos los pagos de la institución. Ordenar la incoación de
expedientes de responsabilidad o discplinarios al personal (...)».
Fuentes consultadas por EL MUNDO de Andalucía aseguran que, en la reunión del consejo rector en la que se aprobó el contrato del vicepresidente, se puso
sobre la mesa cómo compaginar esta intensa dedicación con la Alcaldía
de Carmona, a lo que Antonio Cano Luis replicó que iba a responder a sus funciones. Ante esta respuesta, el consejo aprobó el contrato por unanimidad.