¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN LIMANCAR?


En las últimas semanas han venido sucediéndose una serie de hechos en la empresa municipal Limancar que ponen de manifiesto el modo de gestión del actual gobierno municipal, con graves deficiencias en materia de personal, que pueden generar conflictos a corto y a medio plazo.

Ha sorprendido a todo el mundo que el encargado general o capataz, D. Vicente Carmona, y el arquitecto técnico o aparejador, D. Miguel González, hayan sido desvinculados de sus responsabilidades en la empresa y trasladados al ayuntamiento de manera precipitada, sin espacios adecuados para su trabajo en un principio, y sin finalidades concretas acordes con su capacitación, limitándolos exclusivamente a las obras deel PER...

A nadie se le oculta que estos dos profesionales, que conocen Carmona como la palma de sus manos, no merecen este trato vejatorio y sería plausible que los sindicatos hicieran un acto de reconocimiento social y público a estos dos trabajadores que han tenido una trayectoria de entrega al trabajo que Carmona debe agradecer.

Aunque, dicho sea de paso, quizás algún sindicato que opera en esta empresa, debiera atender la dignidad de sus trabajadores y el respeto a la trayectoria de los mismos, antes que centrarse exclusivamente en encontrar ventajas particulares para algunos de sus representantes; aún está en la memoria reciente sus amenazas al gobierno anterior de una huelga de servicios en plena feria con campaña electoral incluida, y lo callada que tienen ahora sus boquitas ante lo que está pasando.

Pero no ha sido sólo ese desaire de indiferencia hacia dos trabajadores, Vicente y Miguel, que se han ganado a pulso su profesionalidad y respeto. También ha ocurrido que el nombramiento de los bomberos, cuyo procedimiento de selección unilateralmente paralizó Antonio Cano siendo gerente, sigue sin solventarse. Haciendo caso omiso a la exigencia de la oposición, mayoritaria en el Pleno municipal...

Y además de todo ello, el propio Antonio Cano, ha ninguneado no sólo a la oposición, al Pleno, a los bomberos y a los responsables de la empresa... sino al mismo consejo de administración de Limancar. Y lo ha hecho con un simple escrito nombrando tres nuevas jefaturas, eliminando las responsabilidades anteriores de Vicente Carmona y Miguel González. Estas jefaturas asignadas a tres personas cuyos nombres no hace falta mencionar, han sido "concedidas", para encontrar así el agradecimiento personal, en vez de nombradas con argemtos técnicos y profesionales por el consejo de administración de la empresa... Esto es caciquismo.

(Continuará)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las bienaventuranzas del político



1. Bienaventurado el político que tiene un elevado conocimiento y una profunda conciencia de su papel.

El Concilio Vaticano II definió la política «arte noble y difícil» (Gaudium et spes, 73). A más de treinta años de distancia y en pleno fenómeno de globalización, tal afirmación encuentra confirmación al considerar que, a la debilidad y a la fragilidad de los mecanismos económicos de dimensiones planetarias se puede responder sólo con la fuerza de la política, esto es, con una arquitectura política global que sea fuerte y esté fundada en valores globalmente compartidos.

2. Bienaventurado el político cuya persona refleja la credibilidad.

En nuestros días, los escándalos en el mundo de la política, ligadas sobre todo al elevado coste de las elecciones, se multiplican haciendo perder credibilidad a sus protagonistas. Para volcar esta situación, es necesaria una respuesta fuerte, una respuesta que implique reforma y purificación a fin de rehabilitar la figura del político.

3. Bienaventurado el político que trabaja por el bien común y no por su propio interés.

Para vivir esta bienaventuranza, que el político mire su conciencia y se pregunte: ¿estoy trabajando para el pueblo o para mí? ¿Estoy trabajando por la patria, por la cultura? ¿Estoy trabajando para honrar la moralidad? ¿Estoy trabajando por la humanidad?

4. Bienaventurado el político que se mantiene fielmente coherente.

con una coherencia constante entre su fe y su vida de persona comprometida en política;
con una coherencia firme entre sus palabras y sus acciones;
con una coherencia que honra y respeta las promesas electorales.

5. Bienaventurado el político que realiza la unidad y, haciendo a Jesús punto de apoyo de aquélla, la defiende.

Ello, porque la división es autodestrucción. Se dice en Francia: «los católicos franceses jamás se han puesto en pié a la vez, más que en el momento del Evangelio». ¡Me parece que este refrán se puede aplicar también a los católicos de otros países!

6. Bienaventurado el político que está comprometido en la realización de un cambio radical

y lo hace luchando contra la perversión intelectual;
lo hace sin llamar bueno a lo que es malo;
no relega la religión a lo privado;
establece las prioridades de sus elecciones basándose en su fe;
tiene una charta magna: el Evangelio.

7. Bienaventurado el político que sabe escuchar,

que sabe escuchar al pueblo, antes, durante y después de las elecciones;
que sabe escuchar la propia conciencia;
que sabe escuchar a Dios en la oración.
Su actividad brindará certeza, seguridad y eficacia.

8. Bienaventurado el político que no tiene miedo.

Que no tiene miedo, ante todo, de la verdad: «¡la verdad –dice Juan Pablo II-- no necesita de votos!».
Es de sí mismo, más bien, de quien deberá tener miedo. El vigésimo presidente de los Estados Unidos, James Garfield, solía decir: «Garfield tiene miedo de Garfield».
Que no tema, el político, los medios de comunicación. ¡En el momento del juicio él tendrá que responder a Dios, no a los medios!

François-Xavier Card. Nguyên Van Thuân

Anónimo dijo...

Y QUE TE PUEDES ESPERAR DE UN ALCALDE SOCIALISTA FACHA?